Asertividad

La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.

De esta definición de asertividad se derivan unas capacidades que posee toda persona asertiva (y “spoiler”, que podemos desarrollar…):

  • Sabe decir “no” o muestra su postura hacia algo.
  • Sabe realizar peticiones.
  • Se autoafirma.
  • Gestiona conflictos de forma que se respeten ambas partes.
  • Reacciona con autoestima ante críticas.
  • Emite opiniones de manera respetuosa.
  • Negocia acuerdos.
  • Sabe expresar sentimientos.

Es muchísimo más fácil ser una persona asertiva si se tiene una buena autoestima, y tener habilidades asertivas nos ayuda a exteriorizar la autoestima con el entorno. 

Sin embargo, y esto es de suma importancia, tanto la autoestima como la asertividad son habilidades que se pueden aprender en cualquier momento, porque habitualmente no nacemos con ellas.

A veces entendemos mejor qué es la asertividad cuando definimos otras dos formas de conducta: la sumisión y la agresividad. 

La asertividad, la agresividad y la sumisión no son opuestas entre sí, sino que forman parte de una línea continua, a lo largo de la cual las personas nos vamos moviendo: agresividad – asertividad – sumisión.

La mayoría de nosotr@s vamos recorriendo esta línea a lo largo del día. Dependiendo de las personas con las que nos estamos relacionando o de las situaciones en las que nos encontremos, nos mostraremos más sumis@s, agresiv@s o asertiv@s. Aún así, hay algunas personas que actúan con un patrón muy determinado (son sumisas, o son agresiva), y otras no tienen ese patrón tan arraigado y fluctúan más.

Existe una cuarta forma de conducta en la que se mezclan las conductas sumisa y agresiva: la conducta pasivo‐agresiva.

La estrategia principal de la persona pasivo‐ agresiva es el chantaje emocional, es decir, lograr que las demás personas le hagan favores, le refuercen, le acompañen, etc., a base de hacerles sentir culpables. Hacen sentir culpabilidad a las demás personas y/o suscitan agresividad de las demás personas hacia ellas.

A continuación, te dejo aquí algunas situaciones en las que podemos aprender a comportarnos de forma asertiva:

  • Decir no.
  • Emitir opiniones/críticas.
  • Recibir opiniones/críticas.
  • Supervisar.
  • Expresar sentimientos.
  • Discutir.
  • Realizar peticiones.

Como hemos dicho, la asertividad se puede aprender, en cualquier momento de nuestra vida podemos decidir cambiar la dinámica que hemos tenido hasta entonces y sustituirla por otra más sana y respetuosa. 

 

 

Recordaros que lo que reflexiono aquí es mi punto de vista, es lo que he aprendido, lo que he vivido. Pero no os quedéis con esto, os animo a investigar y a cuestionaros todo lo que escuchéis y lo que leáis, que lo confrontéis con vuestra experiencia y lo que sabéis.

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